Epilogue 2 (1 of 2) John & Barb’s Testimony, how to stay married
Epílogo 2 (1 de 2) Testimonio de John y Barb: cómo mantener el matrimonio
Hola a todos:
Espero que los lectores hayan podido conocernos mejor y hayan sacado algo útil de esta serie. En estos epílogos me centro en las cosas que hemos hecho (bien y mal) para seguir casados y enamorados todos estos años.
50 años de noviazgo
En octubre de 2024, Barb mencionó que estábamos celebrando 50 años de noviazgo, ya que fue en octubre de 1974 cuando le pedí que fuéramos ‘novios’. A menudo recibo correos electrónicos de personas que quieren casarse, que están decidiendo si la persona con la que salen es ‘la indicada’ o, por el contrario, que están decidiendo divorciarse, o incluso que están extrañando a un cónyuge que ha fallecido.
Lo primero es que seguimos saliendo juntos. Sigo abriéndole la puerta del coche y todas las puertas como si estuviéramos en una cita. En la acera, camino por el lado de la calle para protegerla. Ella es mi ‘enamorada’. Nos tomamos tiempo para tener ‘días de cita’ con regularidad. Cuando Chris estaba en casa y sus hermanos menores lo cuidaban por un rato, podíamos dar un paseo cerca de la casa, ir a un restaurante o a un local de comida rápida, incluso solo unos minutos para celebrarnos juntos.
Celebramos los ‘te amo’ más que los kilómetros difíciles recorridos, pero las dificultades hacen que los ‘te amo’ sean más profundos.
Aceptar que no se puede cambiar a la otra persona
Somos dos personas bajo el mismo techo. Un estudio reveló que una de las claves para un matrimonio duradero es la capacidad de aceptar las cosas que le molestan de su pareja y optar por centrarse en las cosas positivas. No dejen que esas pequeñas molestias sean motivo de ruptura. Ser diferente no significa necesariamente estar equivocado. Reflexionemos, sea para quienes están saliendo con alguien y se preguntan si es ‘la persona adecuada’ como para quienes yo están casados y luchan por mantener su matrimonio. No convirtamos los pequeños obstáculos del caminar juntos en montañas insuperables. Superemos esto, caminemos con amor, adaptándonos y creciendo. No esperemos la perfección en nuestra pareja, eso es una fantasía. No se cumplirán todos y cada uno de los pequeños requisitos de nuestra lista de cualidades en una pareja; si se cumplen, es que somos superfluos o estamos ignorando imperfecciones obvias. Maduremos.
Barb y yo, antes de comprometernos, sabiendo que nos casaríamos, establecimos con una regla: la palabra «D» nunca se mencionaría como una posibilidad. (Divorcio) Nos propusimos que, en cualquier situación difícil, elegiríamos crecer en Cristo, crecer como seres humanos, juntos, y nunca mencionar la palabra ‘D’, creciendo en Cristo, en cualquier situación. Cuando supimos que estábamos enamorados, tuvimos un par de citas en las que hablamos de ‘eso’. ¿Y si me quedara paralítico, te quedarías conmigo? ¿Y si engordara 90 kilos? ¿Y si no hiciera la cama todas las mañanas? ¿Y si no supiera arreglar las cosas de la casa? ¿Y si llegara del trabajo y no quisiera hacer la cena, te encargarías tú? Los ‘y si ...’ nos ayudaron a considerar y determinar lo profundo que era nuestro amor.
¿Pensar como un hombre...?
Los hombres son solucionadores de problemas, desde que Adán fue puesto en el jardín antes de que Eva fuera creada, y el Señor le mostró el jardín, le hizo nombrar a los animales y demás. Luego llegó Eva y vio todo el jardín y los animales preparados para ellos. Desde entonces, el hombre ha estado programado para resolver problemas, viendo sólo ‘un casillero en un cajón’. Eva, que vio el panorama más completo cuando fue creada, piensa como un plato de espagueti: cada fideo está conectado con todos los demás. Todos los problemas están conectados. Los hombres sólo ven ‘un casillero en un cajón’. Pero para ella, todo está conectado.
Un hombre que escucha “el auto no arranca esta mañana”. Piensa: ¿la batería? Piensa: ¿se ha acabado la gasolina? Piensa: ¿un problema electrónico? Ella, en cambio, ve un plato de espaguetis: “Llegaré tarde al trabajo. ¿Cómo irán los niños al colegio? Tengo una presentación a la que llegaré tarde. A mi jefe no le gusta eso. Puede que me despidan. Me daré vergüenza. Judy ya me odia, quiere mi puesto, esto puede darle ventaja. ¿Cómo irá nuestra hija a su clase de piano? Tengo que ir corriendo a la tienda, ¿qué vamos a cenar?». Y muchas cosas más en su montón de pensamientos cuando simplemente se dice: “el auto no arranca”.
Hombres: cuando ella dice “el auto no arranca”, está sintiendo todo lo que está en cursiva arriba. TODO eso y MÁS está contenido en su breve frase: “El auto no arranca”. Pongan atención a las emociones que contiene sus palabras, no se limiten a escuchar las palabras.
Hombres: aprendan a escuchar esas emociones.
Tomen en cuenta el estrés que contienen sus palabras. Piensen en sus palabras como una jarra llena de preocupaciones, miedos, inquietudes, etc. Las palabras son el recipiente, pero deben escuchar lo que hay dentro. Aborden los miedos presentando soluciones antes de revisar la batería. Tan pronto como escuchen “El auto no arranca”, adelántense a los acontecimientos ocupándose de cada uno de los problemas: “Puedo llevarte al trabajo ahora y luego llamar a una grúa o pedirle a nuestro vecino que le eche un vistazo. Hoy tengo poco trabajo, así que puedo llevar a nuestra hija a la clase de piano esta tarde. Podemos pedir que nos traigan la compra a casa o puedo ir a recogerla en auto después de la clase de piano, o podemos salir a comer fuera”. Escuchen la emoción, el miedo y resuelvan ESE problema.
MUCHAS veces no he tenido ni idea y simplemente le he preguntado a Barb: “¿Qué es lo que te da miedo? ¿Qué te preocupa? Ayúdame a entenderlo”, en relación con un problema. Muchas veces ella tiene que decirme cuál es su preocupación, y entonces yo puedo abordar ese problema y resolverlo.
Hombres: es una habilidad que se aprende, una que admito que no es innata en nosotros, y TODAVÍA estoy aprendiendo a pensar ... “¿cuál es su miedo?”, cada que escucho un problema, después de 50 años de ‘salir’ con mi esposa. Pero ella quiere que lo resuelva, así que, Señoras, dejen que el hombre lo resuelva a su manera. No lo controlen todo. Puede que su manera falle y que él aprenda, después de invertir tiempo y dinero, que la de ustedes sea la correcta. Pero, por otra parte, a menudo el hombre resolverá el problema de una manera que nunca se les habría ocurrido a ustedes. Las tres palabras que todo hombre quiere oír son... no, ésas, estás en lo correcto (je,je).
Aprendí que Barb nunca pensará como yo, y ella aprendió que yo nunca pensaré como ella. Dejemos de esperar que nuestra pareja pueda pensar como nosotros. Los hombres nos movemos por las palabras y podemos reaccionar sin ningún tipo de segundas intenciones, sólo es un problema que hay que resolver. Así que, Señoras, dejen de interpretar todo lo que decimos y hacemos como si estuviera relacionado con enredados pensamientos. Hasta el día de hoy, a menudo le digo a Barb: “Esta es únicamente la respuesta, sin emociones, sin segundas intenciones, sin plan B, sin manipulaciones, sólo es un problema que intento resolver”. Sigo diciendo cosas así para que ella pueda entender mi modo de ‘casillero en un cajón’ cuando abordo un tema que ella plantea, porque ella busca en cada fideo cómo se conecta con todos los demás fideos, pero la mayoría de las veces, sólo estoy planteando el problema como ‘un casillero en un cajón’, sin emociones, sin motivos ocultos.
Siempre, siempre he sido fiel a Barb y ella a mí.
Pero esta diferencia es la razón por la que un hombre sorprendido en adulterio dirá “ella no significa nada para mí”, porque él veía la aventura como un “casillero en un cajón”. La esposa entiende que el adulterio es un fideo conectado a todos los demás fideos y lo es todo para ella.
Ella puede preguntar: “¿Qué te parece este vestido?”, y está pensando en el vestido, su peinado, las joyas, los zapatos, el maquillaje. Pero él oye “vestido” y dice: “Está bien, el estampado no es mi favorito”, y ella oye que su vestido no combina con sus zapatos, que no combinan con sus pendientes, que no combinan con su peinado... Hombres, háganse un favor, resuelvan el problema del lío antes de abrir la boca, escuchando todo el conjunto, ¡salgan de ese ‘ casillero en un cajón” para var el cajón entero!
Hombres: escuchen el miedo, la preocupación y el estrés que hay detrás de sus palabras. Reaccionen y respondan a la emoción más que a las palabras. Acepten y aborden los sentimientos que contienen sus palabras. Entonces, una vez que se hayan abordado, ella les permitirá resolver el problema con libertad, dentro de sus parámetros. Mujeres: dejen que el hombre resuelva el problema. La mayoría de las veces lo harán de forma diferente, pero el problema se resolverá. Dejen de intentar decirles cómo resolver el problema que les han planteado; no lo controlen todo, confíen en él. No intenten que su pareja piense como ustedes; aprendan a aceptar las diferencias y dejen que ellos se encarguen.
Concluiremos la semana que viene. Hasta entonces, bendiciones.
John Fenn
cwowi.org , envíeme un correo electrónico a [email protected] o [email protected]
JMS
Epílogo 2 (1 de 2) Testimonio de John y Barb: cómo mantener el matrimonio
Hola a todos:
Espero que los lectores hayan podido conocernos mejor y hayan sacado algo útil de esta serie. En estos epílogos me centro en las cosas que hemos hecho (bien y mal) para seguir casados y enamorados todos estos años.
50 años de noviazgo
En octubre de 2024, Barb mencionó que estábamos celebrando 50 años de noviazgo, ya que fue en octubre de 1974 cuando le pedí que fuéramos ‘novios’. A menudo recibo correos electrónicos de personas que quieren casarse, que están decidiendo si la persona con la que salen es ‘la indicada’ o, por el contrario, que están decidiendo divorciarse, o incluso que están extrañando a un cónyuge que ha fallecido.
Lo primero es que seguimos saliendo juntos. Sigo abriéndole la puerta del coche y todas las puertas como si estuviéramos en una cita. En la acera, camino por el lado de la calle para protegerla. Ella es mi ‘enamorada’. Nos tomamos tiempo para tener ‘días de cita’ con regularidad. Cuando Chris estaba en casa y sus hermanos menores lo cuidaban por un rato, podíamos dar un paseo cerca de la casa, ir a un restaurante o a un local de comida rápida, incluso solo unos minutos para celebrarnos juntos.
Celebramos los ‘te amo’ más que los kilómetros difíciles recorridos, pero las dificultades hacen que los ‘te amo’ sean más profundos.
Aceptar que no se puede cambiar a la otra persona
Somos dos personas bajo el mismo techo. Un estudio reveló que una de las claves para un matrimonio duradero es la capacidad de aceptar las cosas que le molestan de su pareja y optar por centrarse en las cosas positivas. No dejen que esas pequeñas molestias sean motivo de ruptura. Ser diferente no significa necesariamente estar equivocado. Reflexionemos, sea para quienes están saliendo con alguien y se preguntan si es ‘la persona adecuada’ como para quienes yo están casados y luchan por mantener su matrimonio. No convirtamos los pequeños obstáculos del caminar juntos en montañas insuperables. Superemos esto, caminemos con amor, adaptándonos y creciendo. No esperemos la perfección en nuestra pareja, eso es una fantasía. No se cumplirán todos y cada uno de los pequeños requisitos de nuestra lista de cualidades en una pareja; si se cumplen, es que somos superfluos o estamos ignorando imperfecciones obvias. Maduremos.
Barb y yo, antes de comprometernos, sabiendo que nos casaríamos, establecimos con una regla: la palabra «D» nunca se mencionaría como una posibilidad. (Divorcio) Nos propusimos que, en cualquier situación difícil, elegiríamos crecer en Cristo, crecer como seres humanos, juntos, y nunca mencionar la palabra ‘D’, creciendo en Cristo, en cualquier situación. Cuando supimos que estábamos enamorados, tuvimos un par de citas en las que hablamos de ‘eso’. ¿Y si me quedara paralítico, te quedarías conmigo? ¿Y si engordara 90 kilos? ¿Y si no hiciera la cama todas las mañanas? ¿Y si no supiera arreglar las cosas de la casa? ¿Y si llegara del trabajo y no quisiera hacer la cena, te encargarías tú? Los ‘y si ...’ nos ayudaron a considerar y determinar lo profundo que era nuestro amor.
¿Pensar como un hombre...?
Los hombres son solucionadores de problemas, desde que Adán fue puesto en el jardín antes de que Eva fuera creada, y el Señor le mostró el jardín, le hizo nombrar a los animales y demás. Luego llegó Eva y vio todo el jardín y los animales preparados para ellos. Desde entonces, el hombre ha estado programado para resolver problemas, viendo sólo ‘un casillero en un cajón’. Eva, que vio el panorama más completo cuando fue creada, piensa como un plato de espagueti: cada fideo está conectado con todos los demás. Todos los problemas están conectados. Los hombres sólo ven ‘un casillero en un cajón’. Pero para ella, todo está conectado.
Un hombre que escucha “el auto no arranca esta mañana”. Piensa: ¿la batería? Piensa: ¿se ha acabado la gasolina? Piensa: ¿un problema electrónico? Ella, en cambio, ve un plato de espaguetis: “Llegaré tarde al trabajo. ¿Cómo irán los niños al colegio? Tengo una presentación a la que llegaré tarde. A mi jefe no le gusta eso. Puede que me despidan. Me daré vergüenza. Judy ya me odia, quiere mi puesto, esto puede darle ventaja. ¿Cómo irá nuestra hija a su clase de piano? Tengo que ir corriendo a la tienda, ¿qué vamos a cenar?». Y muchas cosas más en su montón de pensamientos cuando simplemente se dice: “el auto no arranca”.
Hombres: cuando ella dice “el auto no arranca”, está sintiendo todo lo que está en cursiva arriba. TODO eso y MÁS está contenido en su breve frase: “El auto no arranca”. Pongan atención a las emociones que contiene sus palabras, no se limiten a escuchar las palabras.
Hombres: aprendan a escuchar esas emociones.
Tomen en cuenta el estrés que contienen sus palabras. Piensen en sus palabras como una jarra llena de preocupaciones, miedos, inquietudes, etc. Las palabras son el recipiente, pero deben escuchar lo que hay dentro. Aborden los miedos presentando soluciones antes de revisar la batería. Tan pronto como escuchen “El auto no arranca”, adelántense a los acontecimientos ocupándose de cada uno de los problemas: “Puedo llevarte al trabajo ahora y luego llamar a una grúa o pedirle a nuestro vecino que le eche un vistazo. Hoy tengo poco trabajo, así que puedo llevar a nuestra hija a la clase de piano esta tarde. Podemos pedir que nos traigan la compra a casa o puedo ir a recogerla en auto después de la clase de piano, o podemos salir a comer fuera”. Escuchen la emoción, el miedo y resuelvan ESE problema.
MUCHAS veces no he tenido ni idea y simplemente le he preguntado a Barb: “¿Qué es lo que te da miedo? ¿Qué te preocupa? Ayúdame a entenderlo”, en relación con un problema. Muchas veces ella tiene que decirme cuál es su preocupación, y entonces yo puedo abordar ese problema y resolverlo.
Hombres: es una habilidad que se aprende, una que admito que no es innata en nosotros, y TODAVÍA estoy aprendiendo a pensar ... “¿cuál es su miedo?”, cada que escucho un problema, después de 50 años de ‘salir’ con mi esposa. Pero ella quiere que lo resuelva, así que, Señoras, dejen que el hombre lo resuelva a su manera. No lo controlen todo. Puede que su manera falle y que él aprenda, después de invertir tiempo y dinero, que la de ustedes sea la correcta. Pero, por otra parte, a menudo el hombre resolverá el problema de una manera que nunca se les habría ocurrido a ustedes. Las tres palabras que todo hombre quiere oír son... no, ésas, estás en lo correcto (je,je).
Aprendí que Barb nunca pensará como yo, y ella aprendió que yo nunca pensaré como ella. Dejemos de esperar que nuestra pareja pueda pensar como nosotros. Los hombres nos movemos por las palabras y podemos reaccionar sin ningún tipo de segundas intenciones, sólo es un problema que hay que resolver. Así que, Señoras, dejen de interpretar todo lo que decimos y hacemos como si estuviera relacionado con enredados pensamientos. Hasta el día de hoy, a menudo le digo a Barb: “Esta es únicamente la respuesta, sin emociones, sin segundas intenciones, sin plan B, sin manipulaciones, sólo es un problema que intento resolver”. Sigo diciendo cosas así para que ella pueda entender mi modo de ‘casillero en un cajón’ cuando abordo un tema que ella plantea, porque ella busca en cada fideo cómo se conecta con todos los demás fideos, pero la mayoría de las veces, sólo estoy planteando el problema como ‘un casillero en un cajón’, sin emociones, sin motivos ocultos.
Siempre, siempre he sido fiel a Barb y ella a mí.
Pero esta diferencia es la razón por la que un hombre sorprendido en adulterio dirá “ella no significa nada para mí”, porque él veía la aventura como un “casillero en un cajón”. La esposa entiende que el adulterio es un fideo conectado a todos los demás fideos y lo es todo para ella.
Ella puede preguntar: “¿Qué te parece este vestido?”, y está pensando en el vestido, su peinado, las joyas, los zapatos, el maquillaje. Pero él oye “vestido” y dice: “Está bien, el estampado no es mi favorito”, y ella oye que su vestido no combina con sus zapatos, que no combinan con sus pendientes, que no combinan con su peinado... Hombres, háganse un favor, resuelvan el problema del lío antes de abrir la boca, escuchando todo el conjunto, ¡salgan de ese ‘ casillero en un cajón” para var el cajón entero!
Hombres: escuchen el miedo, la preocupación y el estrés que hay detrás de sus palabras. Reaccionen y respondan a la emoción más que a las palabras. Acepten y aborden los sentimientos que contienen sus palabras. Entonces, una vez que se hayan abordado, ella les permitirá resolver el problema con libertad, dentro de sus parámetros. Mujeres: dejen que el hombre resuelva el problema. La mayoría de las veces lo harán de forma diferente, pero el problema se resolverá. Dejen de intentar decirles cómo resolver el problema que les han planteado; no lo controlen todo, confíen en él. No intenten que su pareja piense como ustedes; aprendan a aceptar las diferencias y dejen que ellos se encarguen.
Concluiremos la semana que viene. Hasta entonces, bendiciones.
John Fenn
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