The Holy Spirit does it all, 4 of 4
El Espíritu Santo lo hace todo, 4 de 4
Hola a todos,
¿Cómo vivimos nuestras vidas fluyendo de la revelación en nuestro espíritu hacia nuestras vidas ocupadas?
Primero, el ejemplo de Jesús fue hacer siempre lo que sabemos hacer en lo natural.
Cuando Jesús limpió a los leprosos, les dijo que fueran y se mostraran al sacerdote, como prescribía la ley mosaica. Antes de convertir el agua en vino, les hizo traer y llenar las tinajas de agua. Antes de alimentar a miles, los organizó sentándolos en grupos de 50 y 100 personas. Lucas 17:14, Juan 2, Marcos 6:40
Presunción es pensar que Dios va a hacer algo cuando es nuestra responsabilidad hacerlo. Si está en nuestro poder utilizar los recursos disponibles, normalmente se espera que lo hagamos. A menudo, hacer eso implica dolor, dinero, y preferiríamos que Dios simplemente moviera su mano y nos sanara, nos diera dinero, nos perdonara sin que tengamos que acudir a la otra persona para disculparnos, etc. Pero primero tenemos que hacer las cosas correctas en lo natural.
Una vez que hacemos lo que sabemos hacer, ENTONCES es desde ahí que Él a menudo nos habla o nos guía. A veces Él nos dirá que no hagamos algo en lo natural, pero la mayoría de las veces Él espera que hagamos lo que está dentro de nuestras posibilidades.
¿Pero como funciona? Permítanme comenzar la repuesta preguntando esto:
¿Quién es el único miembro de la divinidad activo en el ministerio en la tierra en este momento?
Respuesta: El Espíritu Santo. Sólo él es el único de la divinidad activo en la tierra ahora.
Si Jesús visita a alguien, le abre sus ojos a Su reino por el Espíritu. Jesús está 'en el Espíritu' y no será visto físicamente hasta Su regreso para establecer Su reino. Hasta entonces Él permanece "en el Espíritu".
El Padre está en el cielo, sentado en Su trono como podemos ver en todo Apocalipsis 4.
Jesús ascendió al cielo para supervisar Su cuerpo, como su Cabeza. ¿Cómo administra Su cuerpo desde el cielo? Por el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo está en el cielo y en la tierra al mismo tiempo.
"Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir." Juan 16: 12-13
Jesús dijo que tenía muchas más cosas que decir, pero que tuvo que esperar hasta después de Su ascensión para decirlas. Por eso Jesús llamó específicamente al Espíritu Santo 'el Espíritu de verdad'. Jesús quería que sus discípulos supieran que cualquier cosa que Jesús dijera, el Espíritu Santo se los comunicaría exactamente, con verdad, sin error, sin alteración, pero exactamente correcto como lo habló desde el cielo. El Espíritu de Verdad.
Hechos 2: 33: "Así que, exaltado a la diestra de Dios (el Padre), y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen". (Pentecostés)
"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios (el Padre) ha preparado para los que lo aman. Pero Dios (el Padre) nos las reveló por medio de Su Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún las profundidades de Dios (del Padre)... Nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente... " 1 Corintios 2: 9-12
El Espíritu Santo está en el cielo escuchando a Jesús hablar, buscando en lo profundo del corazón del Padre lo que Él ha preparado para nosotros. Lo hace también dentro de nosotros, comunicando lo que ha oído y aprendido de las cosas que Jesús quiere decir y lo que el Padre ha preparado. El Espíritu Santo está siempre presente en el cielo como en la tierra al mismo tiempo. No hay ninguna demora entre lo que Él escucha y lo que Él comunica a nuestro espíritu. Lo recibimos "en vivo mientras sucede", por así decirlo.
El Testigo
Una vez que nos damos cuenta de esto, nos resulta más fácil cambiar nuestro enfoque hacia lo que está en nuestro espíritu. Sentimos Su presencia en nuestro espíritu. Sentimos su paz. Sabemos que Él es el testigo fiel y verdadero en el cielo de lo que Jesús dice y lo que el Padre ha preparado, y comunica esas cosas exactamente a nuestro espíritu.
En Hechos 5:32, hablando de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús: "Somos testigos de estas cosas, como lo es el Espíritu Santo que Dios (el Padre) da a los que le obedecen." (a los que creen en Jesús)
Cuando el Padre me estaba enseñando acerca de Su Espíritu, Él enfatizó lo que acabo de escribir arriba. Mi pregunta para Él fue: "¿Por qué estaba el Espíritu Santo 'flotando' sobre la tierra en Génesis 1:2?" Él respondió inmediatamente: "Como testigo de la creación". Yo le pregunté; "¿Por qué?" y Él respondió: "Porque Moisés necesitaba el relato de un testigo ocular de la creación para poder escribirlo."
Un testigo ocular de la creación para que Moisés pudiera escribirlo. Un relato de un testigo ocular de la vida y pasión de Jesús. ¿Cómo supiste que lo que tu amigo te decía acerca de Jesús era cierto antes de que nacieras de nuevo? ¿O de ese predicador, o de tu papás, o mientras leías las Escrituras? ¿Cómo supiste que era verdad lo de Jesús? El Padre por Su Espíritu te estaba mostrando, te estaba testificando, dándote testimonio de que era verdad y que necesitabas hacer algo con respecto a la pregunta de Jesús. Jesús dijo en Juan 6:45: "Todos los que oyen al Padre y aprenden de Él, vienen a mí."
Fue tu Padre amándote por Su Espíritu a tu espíritu, concerniente a Jesús.
El Espíritu Santo es testigo de la verdad. Es por eso que Pablo escribió en Romanos 8:16 que el Espíritu Santo 'testifica' o 'da testimonio' a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Eso es cierto. Él está en el cielo para saber de Jesús y del Padre que has nacido de nuevo, que eres ciudadano del cielo, que eres hijo del Padre. Él testifica esa verdad al espíritu del hombre.
La manera de vivir eso es tomar cautivos tus emociones y pensamientos a la obediencia de la verdad que el Espíritu Santo testifica a tu espíritu.
Es así como vivimos desde nuestro espíritu en todo momento. Cuando tememos, nos direccionamos a lo que el Espíritu Santo en nosotros está testificando. Cuando vamos a una reunión pensando que derramaremos la ira de Dios sobre una persona, pero de repente en nuestro espíritu sentimos gracia y amor por ellos; sometemos nuestras emociones y pensamientos a lo que está en nuestro espíritu.
Nuestra tarea es seguir esa dirección celestial que tan perfectamente fue puesta en nuestro espíritu. Por eso no hay oraciones al Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. Su función es escuchar lo que Jesús y el Padre dicen y revelar lo que está preparado para nosotros. El Espíritu Santo no hablará de sí mismo.
"Porque somos poemas de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales el Padre preparó de antemano para que anduviéramos en ellas". Efesios 2:10 (del griego)
¿Cómo descubrimos lo que el Padre ha preparado para que anduviéramos en ellas? Caminando con el Padre, hablando con el Padre y dejando que Su Espíritu, que conoce las cosas profundas de Su corazón, revele a nuestro corazón lo que el Padre ha preparado.
Simplemente habla con tu Padre en conversación, luego detente y dirige tu atención a tu espíritu. Escucha, siente, ¿sientes esa presencia, esa paz? Ve con eso. Vive de eso. Desarrolla esa sensibilidad a Su presencia en tu espíritu direccionando tu atención muchas veces durante el día.
Lo primero que hago, es que después de despertarme, encuentro algo por lo que estoy agradecido. A veces es solo por lo que me desperté, a veces es cuando veo el amanecer, o una bonita nube, o un animal por la ventana, "Gracias Padre por dejarme ver eso, gracias Padre por ese momento oportuno, gracias Padre....
Es la disciplina de los pensamientos y emociones sometiéndolos a lo que sientes en tu espíritu, lo que te permitirá vivir desde tu espíritu, hacia tu alma, para hacer que tu cuerpo sea entrenado obedientemente. Puedes comenzar el día siendo agradecido, luego haz una pausa, dirige tu atención a tu espíritu y siente a Su Espíritu. Siente Su presencia, Su paz; Él está ahí. Desarrolla esa sensibilidad. No es una fórmula, es una relación.
Este es el final de esta serie, pero tendré algunos pensamientos adicionales y más sobre lo que el Padre me dijo cuando me estaba enseñando sobre Él mismo y de Su Espíritu que es Santo. Hasta entonces,
bendiciones,
John Fenn
www.cwowi.org
Me pueden envíar un correo electrónico a [email protected]
El Espíritu Santo lo hace todo, 4 de 4
Hola a todos,
¿Cómo vivimos nuestras vidas fluyendo de la revelación en nuestro espíritu hacia nuestras vidas ocupadas?
Primero, el ejemplo de Jesús fue hacer siempre lo que sabemos hacer en lo natural.
Cuando Jesús limpió a los leprosos, les dijo que fueran y se mostraran al sacerdote, como prescribía la ley mosaica. Antes de convertir el agua en vino, les hizo traer y llenar las tinajas de agua. Antes de alimentar a miles, los organizó sentándolos en grupos de 50 y 100 personas. Lucas 17:14, Juan 2, Marcos 6:40
Presunción es pensar que Dios va a hacer algo cuando es nuestra responsabilidad hacerlo. Si está en nuestro poder utilizar los recursos disponibles, normalmente se espera que lo hagamos. A menudo, hacer eso implica dolor, dinero, y preferiríamos que Dios simplemente moviera su mano y nos sanara, nos diera dinero, nos perdonara sin que tengamos que acudir a la otra persona para disculparnos, etc. Pero primero tenemos que hacer las cosas correctas en lo natural.
Una vez que hacemos lo que sabemos hacer, ENTONCES es desde ahí que Él a menudo nos habla o nos guía. A veces Él nos dirá que no hagamos algo en lo natural, pero la mayoría de las veces Él espera que hagamos lo que está dentro de nuestras posibilidades.
¿Pero como funciona? Permítanme comenzar la repuesta preguntando esto:
¿Quién es el único miembro de la divinidad activo en el ministerio en la tierra en este momento?
Respuesta: El Espíritu Santo. Sólo él es el único de la divinidad activo en la tierra ahora.
Si Jesús visita a alguien, le abre sus ojos a Su reino por el Espíritu. Jesús está 'en el Espíritu' y no será visto físicamente hasta Su regreso para establecer Su reino. Hasta entonces Él permanece "en el Espíritu".
El Padre está en el cielo, sentado en Su trono como podemos ver en todo Apocalipsis 4.
Jesús ascendió al cielo para supervisar Su cuerpo, como su Cabeza. ¿Cómo administra Su cuerpo desde el cielo? Por el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo está en el cielo y en la tierra al mismo tiempo.
"Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir." Juan 16: 12-13
Jesús dijo que tenía muchas más cosas que decir, pero que tuvo que esperar hasta después de Su ascensión para decirlas. Por eso Jesús llamó específicamente al Espíritu Santo 'el Espíritu de verdad'. Jesús quería que sus discípulos supieran que cualquier cosa que Jesús dijera, el Espíritu Santo se los comunicaría exactamente, con verdad, sin error, sin alteración, pero exactamente correcto como lo habló desde el cielo. El Espíritu de Verdad.
Hechos 2: 33: "Así que, exaltado a la diestra de Dios (el Padre), y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen". (Pentecostés)
"Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios (el Padre) ha preparado para los que lo aman. Pero Dios (el Padre) nos las reveló por medio de Su Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún las profundidades de Dios (del Padre)... Nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente... " 1 Corintios 2: 9-12
El Espíritu Santo está en el cielo escuchando a Jesús hablar, buscando en lo profundo del corazón del Padre lo que Él ha preparado para nosotros. Lo hace también dentro de nosotros, comunicando lo que ha oído y aprendido de las cosas que Jesús quiere decir y lo que el Padre ha preparado. El Espíritu Santo está siempre presente en el cielo como en la tierra al mismo tiempo. No hay ninguna demora entre lo que Él escucha y lo que Él comunica a nuestro espíritu. Lo recibimos "en vivo mientras sucede", por así decirlo.
El Testigo
Una vez que nos damos cuenta de esto, nos resulta más fácil cambiar nuestro enfoque hacia lo que está en nuestro espíritu. Sentimos Su presencia en nuestro espíritu. Sentimos su paz. Sabemos que Él es el testigo fiel y verdadero en el cielo de lo que Jesús dice y lo que el Padre ha preparado, y comunica esas cosas exactamente a nuestro espíritu.
En Hechos 5:32, hablando de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús: "Somos testigos de estas cosas, como lo es el Espíritu Santo que Dios (el Padre) da a los que le obedecen." (a los que creen en Jesús)
Cuando el Padre me estaba enseñando acerca de Su Espíritu, Él enfatizó lo que acabo de escribir arriba. Mi pregunta para Él fue: "¿Por qué estaba el Espíritu Santo 'flotando' sobre la tierra en Génesis 1:2?" Él respondió inmediatamente: "Como testigo de la creación". Yo le pregunté; "¿Por qué?" y Él respondió: "Porque Moisés necesitaba el relato de un testigo ocular de la creación para poder escribirlo."
Un testigo ocular de la creación para que Moisés pudiera escribirlo. Un relato de un testigo ocular de la vida y pasión de Jesús. ¿Cómo supiste que lo que tu amigo te decía acerca de Jesús era cierto antes de que nacieras de nuevo? ¿O de ese predicador, o de tu papás, o mientras leías las Escrituras? ¿Cómo supiste que era verdad lo de Jesús? El Padre por Su Espíritu te estaba mostrando, te estaba testificando, dándote testimonio de que era verdad y que necesitabas hacer algo con respecto a la pregunta de Jesús. Jesús dijo en Juan 6:45: "Todos los que oyen al Padre y aprenden de Él, vienen a mí."
Fue tu Padre amándote por Su Espíritu a tu espíritu, concerniente a Jesús.
El Espíritu Santo es testigo de la verdad. Es por eso que Pablo escribió en Romanos 8:16 que el Espíritu Santo 'testifica' o 'da testimonio' a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Eso es cierto. Él está en el cielo para saber de Jesús y del Padre que has nacido de nuevo, que eres ciudadano del cielo, que eres hijo del Padre. Él testifica esa verdad al espíritu del hombre.
La manera de vivir eso es tomar cautivos tus emociones y pensamientos a la obediencia de la verdad que el Espíritu Santo testifica a tu espíritu.
Es así como vivimos desde nuestro espíritu en todo momento. Cuando tememos, nos direccionamos a lo que el Espíritu Santo en nosotros está testificando. Cuando vamos a una reunión pensando que derramaremos la ira de Dios sobre una persona, pero de repente en nuestro espíritu sentimos gracia y amor por ellos; sometemos nuestras emociones y pensamientos a lo que está en nuestro espíritu.
Nuestra tarea es seguir esa dirección celestial que tan perfectamente fue puesta en nuestro espíritu. Por eso no hay oraciones al Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. Su función es escuchar lo que Jesús y el Padre dicen y revelar lo que está preparado para nosotros. El Espíritu Santo no hablará de sí mismo.
"Porque somos poemas de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales el Padre preparó de antemano para que anduviéramos en ellas". Efesios 2:10 (del griego)
¿Cómo descubrimos lo que el Padre ha preparado para que anduviéramos en ellas? Caminando con el Padre, hablando con el Padre y dejando que Su Espíritu, que conoce las cosas profundas de Su corazón, revele a nuestro corazón lo que el Padre ha preparado.
Simplemente habla con tu Padre en conversación, luego detente y dirige tu atención a tu espíritu. Escucha, siente, ¿sientes esa presencia, esa paz? Ve con eso. Vive de eso. Desarrolla esa sensibilidad a Su presencia en tu espíritu direccionando tu atención muchas veces durante el día.
Lo primero que hago, es que después de despertarme, encuentro algo por lo que estoy agradecido. A veces es solo por lo que me desperté, a veces es cuando veo el amanecer, o una bonita nube, o un animal por la ventana, "Gracias Padre por dejarme ver eso, gracias Padre por ese momento oportuno, gracias Padre....
Es la disciplina de los pensamientos y emociones sometiéndolos a lo que sientes en tu espíritu, lo que te permitirá vivir desde tu espíritu, hacia tu alma, para hacer que tu cuerpo sea entrenado obedientemente. Puedes comenzar el día siendo agradecido, luego haz una pausa, dirige tu atención a tu espíritu y siente a Su Espíritu. Siente Su presencia, Su paz; Él está ahí. Desarrolla esa sensibilidad. No es una fórmula, es una relación.
Este es el final de esta serie, pero tendré algunos pensamientos adicionales y más sobre lo que el Padre me dijo cuando me estaba enseñando sobre Él mismo y de Su Espíritu que es Santo. Hasta entonces,
bendiciones,
John Fenn
www.cwowi.org
Me pueden envíar un correo electrónico a [email protected]