The Holy Spirit does it all, 2of4
El Espíritu Santo lo hace todo, 2 de 4
Hola a todos,
La semana pasada compartí lo que estaba en mi corazón sobre cómo lidiamos con lo que creíamos venía del Señor en Word of Faith (Palabra de Fe) versus la realidad de nuestro hijo discapacitado.
Compartí cómo ayuné durante 15 días sólo agua, pero en mi espíritu no había vida, ni Su presencia en mi espíritu para hacerlo. Terminé el ayuno una vez que hice esa honesta evaluación de que no había vida en lo que estaba haciendo.
Me di cuenta de que la Palabra y el Espíritu siempre están de acuerdo. No importa lo que diga el versículo, es el Espíritu quien da vida. (Juan 6:63) Si el Espíritu Santo no está involucrado cuando hablo un versículo, no sucederá nada.
Por eso el título de esta enseñanza de cuatro partes es "El Espíritu Santo lo hace todo".
Cuando Jesús estaba expulsando un demonio en Mateo 12:22-32, los líderes religiosos dijeron que lo hizo por medio del poder del diablo.
Jesús respondió que eso ni siquiera era lógico, porque si los demonios expulsan a otros demonios, el reino de Satanás caerá. Luego dijo: "Pero si Yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes."
Jesús es el mismo ayer, hoy y por siempre. (Hebreos 13:8) Él, el Hijo de Dios, echa demonios por el Espíritu Santo. Dejemos que eso impregne nuestro ser. Nosotros somos Él en este mundo, Su cuerpo. Lo que hizo antes lo hace ahora, a través de nosotros.
Si pensamos que Dios quiere hacer algo sólo porque creemos que un versículo aplica a una situación, PERO el Espíritu Santo no está involucrado, entonces no pasará nada.
Por ejemplo
Un pastor que conocí recibió el diagnóstico de cáncer de tiroides más o menos en 1989, pero era de Word of faith (Palabra de Fe) y optó por llamarlo una infección. Se negó a que lo trataran. El cáncer de tiroides crece lentamente y sólo es fatal si no se trata durante años.
No sabía nada de su diagnóstico en 1999 cuando el Señor me dijo que tenía cáncer y que necesitaba ocuparse de aquello o lo mataría. Di esa palabra y fui fuertemente reprendido, me dijeron que estaba pensando mal, que era sólo una infección. Me fuí con la certeza de lo que el Señor me había dicho, pero sorprendido porque fuí rechazado.
Aproximadamente 8 años después se dio cuenta de que estaba perdiendo la batalla y comenzó a buscar tratamiento. En los últimos meses de su vida le hizo saber a su congregación que tenía cáncer. Toda la iglesia comenzó a orar, algunos
ayunaron para su sanación. Cuando murió semanas después, muchos quedaron en estado de shock y cuestionaron todo lo que habían creído. Hablaron la Palabra, proclamaron la Palabra, pero él murió.
No fue hasta después de su muerte que su esposa contó que le habían diagnosticado muchos años antes. Si se dan cuenta, se lo hizo a sí mismo al no hacer lo que estaba dentro de su autoridad. Como resultado no hubo ningún milagro de sanidad. El pecado de presunción es pensar que algo es responsabilidad de Dios, cuando en realidad es nuestra responsabilidad. Puedes hablar la Palabra, dar órdenes, declarar todo lo que quieras, pero si estás en presunción, el Espíritu Santo no estará en todos tus esfuerzos, no habrá vida para aquello.
Miles de personas “declararon la Palabra sobre él”, pero el Espíritu no estaba presente. Jesús que es la Palabra y el Espíritu no estuvieron de acuerdo en sanarlo porque ignoró el sentido común y se negó a hacer lo que estaba dentro de su poder.
Niña sorda, Fedra
Estuve en Saltillo, México durante aproximadamente una semana de reuniones, ayudando a un misionero que nuestra iglesia apoyaba. Dos mujeres vinieron a la casa del ministerio para preguntarme si podía ir y “orar” por una niña de 7 años que nació sorda y nunca había hablado. Me disculpé mientras el misionero, su esposa y las mujeres estaban de visita.
De regreso a mi habitación, le dije al Padre que no iba a ir a menos que Él la sanaría o la liberaría, fuera lo que fuese necesario. Porque de nada servía proclamar la Palabra si el Espíritu no la iba a la liberar de un espíritu sordo y mudo, o sanarla, lo que fuera necesario, ya que yo no sabía. Inmediatamente Él dijo: "Ve, que Yo la sanaré."
Regresé a ellos y les dije que iría. Por la mañana los 11 americanos de nuestro grupo, más el misionero y las dos mujeres, conducimos hasta el pequeño pueblo donde vivía la niña y luego fuimos a su casa. Sus padres y su familia no hablaban inglés, los 11 de nosotros hablábamos muy poco español.
Colocaron a la niña que estaba muy asustada en una silla frente a todos nosotros los estadounidenses, con su familia en fila detrás de ella. Éramos aproximadamente una docena de personas parados a cada lado, uno frente al otro en un silencio incómodo, mientras la pequeña niña estaba sentada en la silla, mirando con grandes ojos del tamaño de un platillo lo que estaba sucediendo.
Finalmente, el misionero le explicó a la familia lo que iba a pasar mientras yo explicaba lo que iba a hacer, y los padres hicieron gestos y se pararon junto a su hija dándole palmaditas de seguridad en sus hombros.
Di un paso adelante, le puse las yemas de mis dedos en sus oídos diciendo: "Ordeno al espíritu sordo y mudo que se vaya, y tí niña, te digo, quedas sana en el nombre de Jesús.” (No sabía si había un espíritu involucrado, no tenía guía, ningún discernimiento, sin idea alguna aunque sabía que el Padre dijo que la sanaría, pero en ese momento de 1988 quería cubrir todas las posibilidades, así que "en caso de alguna duda, cubrí toda posibilidad al expulsar demonios". Pero creo que fue una sanación.
Por supuesto, tenía la Escritura de "por sus llagas fuimos sanados". Y tenía la Escritura que decía que tenemos autoridad para usar el nombre de Jesús para imponer las manos sobre los enfermos. Pero fue el Padre, por el Espíritu, que dijo: "Ve, que Yo la sanaré." Así que ví que la Palabra y el Espíritu estaban de acuerdo, así que ella fue sanada.
Al principio empezó a mirar alrededor de la habitación con una mirada de sorpresa en los ojos, luego una enfermera que estaba con nosotros notó que sus ojos seguían a quien estaba hablando…… de repente se dio cuenta de lo que había pasado, se paró, comenzó a saltar y a hacer ruidos, no palabras, sino ruidos de extrema alegría por primera vez en su vida…
Ella literalmente saltó a mis brazos y señaló hacia afuera... fuimos y nos quedamos justo afuera de su puerta, y un pájaro estaba en lo alto del árbol, cantando. Ella sonrió con una enorme sonrisa, miró hacia arriba y señaló al pájaro. Pronto llegaron corriendo más de una docena de niños y ella se apresuró a que la bajara.
En el emocionado círculo de niños, ellos comenzaron a gritar su nombre: ”Fedra” y ella volteaba y señalaba qué niño dijo su nombre. Después de unos segundos de este juego, volteó y vio una de las minivans en la que habíamos venido, y se abrió paso entre los niños, corriendo hacia la minivan. Ella tocó la puerta y alguien le abrió. Se subió al asiento del conductor y empezó a golpear el timón, finalmente atinándole a tocar el claxon, lo que la hizo moverse hacia atrás asombrada. Se nos ocurrió que ella había visto a gente entrar al pueblo tocando el claxon, pero hasta ese momento ella nunca había entendido por qué hacían eso.
La Palabra y el Espíritu DEBEN de estar de acuerdo.
Hoy en día, a muchas personas se les ha enseñado que la Palabra tiene el poder. Solo declara, solo habla sobre una persona o situación; se les ha enseñado que eso tiene poder. Lo que Jesús dejó en claro es que Él que es la Palabra, obra a través del Espíritu Santo.
Continuamos la próxima semana, hasta entonces, bendiciones,
John Fenn/DC
http://www.cwowi.org y envíame un correo electrónico a [email protected]
El Espíritu Santo lo hace todo, 2 de 4
Hola a todos,
La semana pasada compartí lo que estaba en mi corazón sobre cómo lidiamos con lo que creíamos venía del Señor en Word of Faith (Palabra de Fe) versus la realidad de nuestro hijo discapacitado.
Compartí cómo ayuné durante 15 días sólo agua, pero en mi espíritu no había vida, ni Su presencia en mi espíritu para hacerlo. Terminé el ayuno una vez que hice esa honesta evaluación de que no había vida en lo que estaba haciendo.
Me di cuenta de que la Palabra y el Espíritu siempre están de acuerdo. No importa lo que diga el versículo, es el Espíritu quien da vida. (Juan 6:63) Si el Espíritu Santo no está involucrado cuando hablo un versículo, no sucederá nada.
Por eso el título de esta enseñanza de cuatro partes es "El Espíritu Santo lo hace todo".
Cuando Jesús estaba expulsando un demonio en Mateo 12:22-32, los líderes religiosos dijeron que lo hizo por medio del poder del diablo.
Jesús respondió que eso ni siquiera era lógico, porque si los demonios expulsan a otros demonios, el reino de Satanás caerá. Luego dijo: "Pero si Yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a ustedes."
Jesús es el mismo ayer, hoy y por siempre. (Hebreos 13:8) Él, el Hijo de Dios, echa demonios por el Espíritu Santo. Dejemos que eso impregne nuestro ser. Nosotros somos Él en este mundo, Su cuerpo. Lo que hizo antes lo hace ahora, a través de nosotros.
Si pensamos que Dios quiere hacer algo sólo porque creemos que un versículo aplica a una situación, PERO el Espíritu Santo no está involucrado, entonces no pasará nada.
Por ejemplo
Un pastor que conocí recibió el diagnóstico de cáncer de tiroides más o menos en 1989, pero era de Word of faith (Palabra de Fe) y optó por llamarlo una infección. Se negó a que lo trataran. El cáncer de tiroides crece lentamente y sólo es fatal si no se trata durante años.
No sabía nada de su diagnóstico en 1999 cuando el Señor me dijo que tenía cáncer y que necesitaba ocuparse de aquello o lo mataría. Di esa palabra y fui fuertemente reprendido, me dijeron que estaba pensando mal, que era sólo una infección. Me fuí con la certeza de lo que el Señor me había dicho, pero sorprendido porque fuí rechazado.
Aproximadamente 8 años después se dio cuenta de que estaba perdiendo la batalla y comenzó a buscar tratamiento. En los últimos meses de su vida le hizo saber a su congregación que tenía cáncer. Toda la iglesia comenzó a orar, algunos
ayunaron para su sanación. Cuando murió semanas después, muchos quedaron en estado de shock y cuestionaron todo lo que habían creído. Hablaron la Palabra, proclamaron la Palabra, pero él murió.
No fue hasta después de su muerte que su esposa contó que le habían diagnosticado muchos años antes. Si se dan cuenta, se lo hizo a sí mismo al no hacer lo que estaba dentro de su autoridad. Como resultado no hubo ningún milagro de sanidad. El pecado de presunción es pensar que algo es responsabilidad de Dios, cuando en realidad es nuestra responsabilidad. Puedes hablar la Palabra, dar órdenes, declarar todo lo que quieras, pero si estás en presunción, el Espíritu Santo no estará en todos tus esfuerzos, no habrá vida para aquello.
Miles de personas “declararon la Palabra sobre él”, pero el Espíritu no estaba presente. Jesús que es la Palabra y el Espíritu no estuvieron de acuerdo en sanarlo porque ignoró el sentido común y se negó a hacer lo que estaba dentro de su poder.
Niña sorda, Fedra
Estuve en Saltillo, México durante aproximadamente una semana de reuniones, ayudando a un misionero que nuestra iglesia apoyaba. Dos mujeres vinieron a la casa del ministerio para preguntarme si podía ir y “orar” por una niña de 7 años que nació sorda y nunca había hablado. Me disculpé mientras el misionero, su esposa y las mujeres estaban de visita.
De regreso a mi habitación, le dije al Padre que no iba a ir a menos que Él la sanaría o la liberaría, fuera lo que fuese necesario. Porque de nada servía proclamar la Palabra si el Espíritu no la iba a la liberar de un espíritu sordo y mudo, o sanarla, lo que fuera necesario, ya que yo no sabía. Inmediatamente Él dijo: "Ve, que Yo la sanaré."
Regresé a ellos y les dije que iría. Por la mañana los 11 americanos de nuestro grupo, más el misionero y las dos mujeres, conducimos hasta el pequeño pueblo donde vivía la niña y luego fuimos a su casa. Sus padres y su familia no hablaban inglés, los 11 de nosotros hablábamos muy poco español.
Colocaron a la niña que estaba muy asustada en una silla frente a todos nosotros los estadounidenses, con su familia en fila detrás de ella. Éramos aproximadamente una docena de personas parados a cada lado, uno frente al otro en un silencio incómodo, mientras la pequeña niña estaba sentada en la silla, mirando con grandes ojos del tamaño de un platillo lo que estaba sucediendo.
Finalmente, el misionero le explicó a la familia lo que iba a pasar mientras yo explicaba lo que iba a hacer, y los padres hicieron gestos y se pararon junto a su hija dándole palmaditas de seguridad en sus hombros.
Di un paso adelante, le puse las yemas de mis dedos en sus oídos diciendo: "Ordeno al espíritu sordo y mudo que se vaya, y tí niña, te digo, quedas sana en el nombre de Jesús.” (No sabía si había un espíritu involucrado, no tenía guía, ningún discernimiento, sin idea alguna aunque sabía que el Padre dijo que la sanaría, pero en ese momento de 1988 quería cubrir todas las posibilidades, así que "en caso de alguna duda, cubrí toda posibilidad al expulsar demonios". Pero creo que fue una sanación.
Por supuesto, tenía la Escritura de "por sus llagas fuimos sanados". Y tenía la Escritura que decía que tenemos autoridad para usar el nombre de Jesús para imponer las manos sobre los enfermos. Pero fue el Padre, por el Espíritu, que dijo: "Ve, que Yo la sanaré." Así que ví que la Palabra y el Espíritu estaban de acuerdo, así que ella fue sanada.
Al principio empezó a mirar alrededor de la habitación con una mirada de sorpresa en los ojos, luego una enfermera que estaba con nosotros notó que sus ojos seguían a quien estaba hablando…… de repente se dio cuenta de lo que había pasado, se paró, comenzó a saltar y a hacer ruidos, no palabras, sino ruidos de extrema alegría por primera vez en su vida…
Ella literalmente saltó a mis brazos y señaló hacia afuera... fuimos y nos quedamos justo afuera de su puerta, y un pájaro estaba en lo alto del árbol, cantando. Ella sonrió con una enorme sonrisa, miró hacia arriba y señaló al pájaro. Pronto llegaron corriendo más de una docena de niños y ella se apresuró a que la bajara.
En el emocionado círculo de niños, ellos comenzaron a gritar su nombre: ”Fedra” y ella volteaba y señalaba qué niño dijo su nombre. Después de unos segundos de este juego, volteó y vio una de las minivans en la que habíamos venido, y se abrió paso entre los niños, corriendo hacia la minivan. Ella tocó la puerta y alguien le abrió. Se subió al asiento del conductor y empezó a golpear el timón, finalmente atinándole a tocar el claxon, lo que la hizo moverse hacia atrás asombrada. Se nos ocurrió que ella había visto a gente entrar al pueblo tocando el claxon, pero hasta ese momento ella nunca había entendido por qué hacían eso.
La Palabra y el Espíritu DEBEN de estar de acuerdo.
Hoy en día, a muchas personas se les ha enseñado que la Palabra tiene el poder. Solo declara, solo habla sobre una persona o situación; se les ha enseñado que eso tiene poder. Lo que Jesús dejó en claro es que Él que es la Palabra, obra a través del Espíritu Santo.
Continuamos la próxima semana, hasta entonces, bendiciones,
John Fenn/DC
http://www.cwowi.org y envíame un correo electrónico a [email protected]