ssues the church misunderstands: Love, judging 1of 3Cuestiones que la iglesia no entiende: Amor, juzgando 1de 3
Hola a todos,
Muchos países tienen un día de Acción de Gracias, y casi todos esos días festivos fueron fundados con la idea de dar gracias a Dios. Sin embargo, con el tiempo, Dios fue separado del agradecimiento, de modo que ahora la gente se limita a expresar lo que agradece, sin dar nunca a Dios el mérito de las cosas buenas de su vida.
Así también el amor se ha desconectado de Aquel que es amor. ‘Porque tanto amó Dios al mundo’ y “Dios es amor” se ha convertido en “el amor es amor”, “simplemente ama a todo el mundo” y “si no me aceptas en mis condiciones no me amas”.
El encuentro amistoso y la pérdida de la verdad absoluta en la Iglesia
En los últimos años, ese tipo de pensamiento de ‘Dios ama a todo el mundo, por lo que cualquier estilo de vida es aceptable para Él’ se ha infiltrado en la cultura eclesiástica, dejando a los cristianos confundidos. Muchos se preguntan cómo tratar a personas que se dicen cristianas, pero que viven estilos de vida alternativos o mantienen opiniones políticas claramente anticristianas. ‘Dios es amor’ se ha perdido en el ruido de las voces que dicen ‘amor es amor’. Las líneas que definen el amor se han desvanecido.
Puedo rastrear la confusión en la cultura eclesiástica hasta el inicio del movimiento ‘amigo del que busca’. Al pastor Bill Hybels de Chicago se le atribuye el término, pero fue Rick Warren de la iglesia Saddleback en California en la década de 1990 el que hizo que esa forma de iglesia se expandiera como pólvora. ‘Amigable con el que busca’ significa no confrontar el pecado en un esfuerzo por dar la bienvenida a todos. Se trata de eliminar de la iglesia cualquier cosa que pueda incomodar u ofender a alguien.
No es una sorpresa que los cristianos que forman parte de la cultura de la iglesia auditorio estén confundidos.
La ironía de las iglesias amigas de quienes están en búsqueda es que aquellos que realmente están en búsqueda, buscan definiciones, buscan absolutos, buscan a alguien que les diga lo que está bien y lo que está mal. Quieren saber dónde se equivocaron, cómo pueden enderezar sus vidas. Al no encontrarlo en las iglesias amigas de los buscadores, buscan en otra parte. Por lo tanto, las iglesias amigas de quienes buscan se quedan con personas que invitan a Jesús a formar parte de sus ajetreadas vidas, en lugar de entregar sus vidas por completo a Él.
Esto ha llevado a la gente a pensar que pueden creer en Jesús pero vivir como quieran. La gente habla de cómo Jesús perdonó a la mujer sorprendida en el acto de adulterio en Juan 8:11 cuando dijo: “Yo tampoco te condeno”, pero se olvidan de que Él continuó diciendo: “vete y no peques más”. Él no puso excusas para las 'ataduras del alma' o la escusó porque su amante le dio dinero o puso un techo sobre su cabeza. Él lo hubiera sabido. Él ordenó: “vete y no peques más”.
La gente quiere ser perdonada o que se acepte su pecado, sin afrontar ninguna consecuencia por sus actos. En el mundo y en la cultura de la iglesia nadie quiere hablar de asumir la responsabilidad de su vida. Piensan que porque son redimidos, todas las consecuencias de su vida pasada son borradas por obra de magia. El amor no es vago, es muy claro, y ensalza la responsabilidad personal. La culpa del pecado es borrada pero eso es espiritual. Vivimos en un mundo en el que cada acción tiene una reacción. Espiritualmente somos perdonados, pero debemos renovar nuestra mente para probar en nuestra vida la buena, aceptable y perfecta voluntad de Dios. (Romanos 12:1-2)
Se ha creado una cultura de victimismo, la gente mirando a lo que podría ofenderles, y dividiendo a la gente en tribus. Definir el amor de Dios y cómo se recibe el amor trae unidad porque Dios trae lo absoluto.
El amor siempre tiene condiciones para recibirlo
Dios amó tanto al mundo que dio a su único hijo ... eso es amor incondicional. Aquí está la condición para recibir ese amor incondicional: Que cualquiera que crea en Él tendrá vida eterna. Él te ama, pero si quieres Su vida eterna debes creer en Jesús. Él te ama, pero Su amor se derrama a través de Su único Hijo, Jesús. Para muchos, la idea de que el amor incondicional tiene condiciones para recibir (y permanecer en) ese amor, es revolucionaria.
Pero he aquí algunos ejemplos: Tú amas a tu cónyuge y él te ama a ti, pero cada uno ha hecho votos para declarando que su amor tiene condiciones. Si uno de los dos rompe uno de sus votos, puede que se vean abocados al divorcio. El amor tiene condiciones para recibir ese amor. Tiene consecuencias si se rompe ese vínculo amoroso.
Amas a ese cachorro, pero si crece y muerde a la gente continuamente o destroza la casa con regularidad, puede que lo vendas o lo entregues a un refugio de animales. Lo amas incondicionalmente, pero hay condiciones para que reciba ese amor.
Amas a tu prójimo incondicionalmente, como a ti mismo, y les muestras bondad y haces cosas buenas por ellos. Pero si se enfadan contigo porque un día no cumples sus expectativas, se cierran a tu amor por ellos, rechazando tu amistad o tu ayuda futura.
Dios amó tanto al mundo que le dió a su Hijo. Pero su amor incondicional se expresa a través del Hijo.
La Ley de Moisés, del Antiguo Testamento, con sus 613 leyes, era la forma de comportarse como nación, cómo tratarse unos a otros, y cómo cada israelita podía acercarse a Dios. Caminar en esa ley era sin embargo imposible porque Dios es perfecto y el hombre no lo es. Dios nos amó tanto que envió a Su Hijo, a quien llamó Jesús (hebreo: salvación) para cumplir perfectamente esa ley, y luego morir inocente para que la muerte y la vida subsiguiente pudieran ser accessibles para nosotros.
Jesús murió para poner en efecto la Voluntad del Padre y su Testamento, luego el Padre lo resucitó de entre los muertos para que pudiera ser el Ejecutor de Su propia Herencia. Ahora supervisa para que se cumpla Su voluntad en quienes le reciben.
Por lo tanto, el amor no puede separarse de Dios Padre y del Señor Jesucristo. Cuando el amor se separa de Dios y de Sus caminos, se convierte en algo indefinible, blando, que se siente bien, que acepta cualquier cosa excepto a Dios.
El amor sin expectativas no es amor. La gracia es un afecto interior, el amor es el flujo de esa gracia. Puesto que somos amados por Dios, y a su vez amamos (verticalmente) a Dios, se espera que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos como una consecuencia de ese amor. He enseñado antes cómo la palabra ‘justicia’ es la palabra hebrea ‘tzedakah’, traducida como ‘caridad’. Porque cuando somos justificados verticalmente con Dios, Él espera que dejemos que esa rectitud con Él fluya horizontalmente hacia nuestro prójimo. Así, los 2 mandamientos más grandes de los que pende toda la ley y los profetas son: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo.
El amor juzga a los demás
Jesús dijo que no juzgáramos el corazón de una persona en Mateo 7:1-2, y también dijo, unos versículos más adelante (15-20) que debemos juzgar el fruto de sus vidas. Y ahí es donde vamos a juzgar a los demás. Y ahí es donde lo retomaremos la próxima semana. Hasta entonces, bendiciones,
John Fenn
cwowi.org , envíeme un correo electrónico a [email protected] o [email protected]
JMS
Hola a todos,
Muchos países tienen un día de Acción de Gracias, y casi todos esos días festivos fueron fundados con la idea de dar gracias a Dios. Sin embargo, con el tiempo, Dios fue separado del agradecimiento, de modo que ahora la gente se limita a expresar lo que agradece, sin dar nunca a Dios el mérito de las cosas buenas de su vida.
Así también el amor se ha desconectado de Aquel que es amor. ‘Porque tanto amó Dios al mundo’ y “Dios es amor” se ha convertido en “el amor es amor”, “simplemente ama a todo el mundo” y “si no me aceptas en mis condiciones no me amas”.
El encuentro amistoso y la pérdida de la verdad absoluta en la Iglesia
En los últimos años, ese tipo de pensamiento de ‘Dios ama a todo el mundo, por lo que cualquier estilo de vida es aceptable para Él’ se ha infiltrado en la cultura eclesiástica, dejando a los cristianos confundidos. Muchos se preguntan cómo tratar a personas que se dicen cristianas, pero que viven estilos de vida alternativos o mantienen opiniones políticas claramente anticristianas. ‘Dios es amor’ se ha perdido en el ruido de las voces que dicen ‘amor es amor’. Las líneas que definen el amor se han desvanecido.
Puedo rastrear la confusión en la cultura eclesiástica hasta el inicio del movimiento ‘amigo del que busca’. Al pastor Bill Hybels de Chicago se le atribuye el término, pero fue Rick Warren de la iglesia Saddleback en California en la década de 1990 el que hizo que esa forma de iglesia se expandiera como pólvora. ‘Amigable con el que busca’ significa no confrontar el pecado en un esfuerzo por dar la bienvenida a todos. Se trata de eliminar de la iglesia cualquier cosa que pueda incomodar u ofender a alguien.
No es una sorpresa que los cristianos que forman parte de la cultura de la iglesia auditorio estén confundidos.
La ironía de las iglesias amigas de quienes están en búsqueda es que aquellos que realmente están en búsqueda, buscan definiciones, buscan absolutos, buscan a alguien que les diga lo que está bien y lo que está mal. Quieren saber dónde se equivocaron, cómo pueden enderezar sus vidas. Al no encontrarlo en las iglesias amigas de los buscadores, buscan en otra parte. Por lo tanto, las iglesias amigas de quienes buscan se quedan con personas que invitan a Jesús a formar parte de sus ajetreadas vidas, en lugar de entregar sus vidas por completo a Él.
Esto ha llevado a la gente a pensar que pueden creer en Jesús pero vivir como quieran. La gente habla de cómo Jesús perdonó a la mujer sorprendida en el acto de adulterio en Juan 8:11 cuando dijo: “Yo tampoco te condeno”, pero se olvidan de que Él continuó diciendo: “vete y no peques más”. Él no puso excusas para las 'ataduras del alma' o la escusó porque su amante le dio dinero o puso un techo sobre su cabeza. Él lo hubiera sabido. Él ordenó: “vete y no peques más”.
La gente quiere ser perdonada o que se acepte su pecado, sin afrontar ninguna consecuencia por sus actos. En el mundo y en la cultura de la iglesia nadie quiere hablar de asumir la responsabilidad de su vida. Piensan que porque son redimidos, todas las consecuencias de su vida pasada son borradas por obra de magia. El amor no es vago, es muy claro, y ensalza la responsabilidad personal. La culpa del pecado es borrada pero eso es espiritual. Vivimos en un mundo en el que cada acción tiene una reacción. Espiritualmente somos perdonados, pero debemos renovar nuestra mente para probar en nuestra vida la buena, aceptable y perfecta voluntad de Dios. (Romanos 12:1-2)
Se ha creado una cultura de victimismo, la gente mirando a lo que podría ofenderles, y dividiendo a la gente en tribus. Definir el amor de Dios y cómo se recibe el amor trae unidad porque Dios trae lo absoluto.
El amor siempre tiene condiciones para recibirlo
Dios amó tanto al mundo que dio a su único hijo ... eso es amor incondicional. Aquí está la condición para recibir ese amor incondicional: Que cualquiera que crea en Él tendrá vida eterna. Él te ama, pero si quieres Su vida eterna debes creer en Jesús. Él te ama, pero Su amor se derrama a través de Su único Hijo, Jesús. Para muchos, la idea de que el amor incondicional tiene condiciones para recibir (y permanecer en) ese amor, es revolucionaria.
Pero he aquí algunos ejemplos: Tú amas a tu cónyuge y él te ama a ti, pero cada uno ha hecho votos para declarando que su amor tiene condiciones. Si uno de los dos rompe uno de sus votos, puede que se vean abocados al divorcio. El amor tiene condiciones para recibir ese amor. Tiene consecuencias si se rompe ese vínculo amoroso.
Amas a ese cachorro, pero si crece y muerde a la gente continuamente o destroza la casa con regularidad, puede que lo vendas o lo entregues a un refugio de animales. Lo amas incondicionalmente, pero hay condiciones para que reciba ese amor.
Amas a tu prójimo incondicionalmente, como a ti mismo, y les muestras bondad y haces cosas buenas por ellos. Pero si se enfadan contigo porque un día no cumples sus expectativas, se cierran a tu amor por ellos, rechazando tu amistad o tu ayuda futura.
Dios amó tanto al mundo que le dió a su Hijo. Pero su amor incondicional se expresa a través del Hijo.
La Ley de Moisés, del Antiguo Testamento, con sus 613 leyes, era la forma de comportarse como nación, cómo tratarse unos a otros, y cómo cada israelita podía acercarse a Dios. Caminar en esa ley era sin embargo imposible porque Dios es perfecto y el hombre no lo es. Dios nos amó tanto que envió a Su Hijo, a quien llamó Jesús (hebreo: salvación) para cumplir perfectamente esa ley, y luego morir inocente para que la muerte y la vida subsiguiente pudieran ser accessibles para nosotros.
Jesús murió para poner en efecto la Voluntad del Padre y su Testamento, luego el Padre lo resucitó de entre los muertos para que pudiera ser el Ejecutor de Su propia Herencia. Ahora supervisa para que se cumpla Su voluntad en quienes le reciben.
Por lo tanto, el amor no puede separarse de Dios Padre y del Señor Jesucristo. Cuando el amor se separa de Dios y de Sus caminos, se convierte en algo indefinible, blando, que se siente bien, que acepta cualquier cosa excepto a Dios.
El amor sin expectativas no es amor. La gracia es un afecto interior, el amor es el flujo de esa gracia. Puesto que somos amados por Dios, y a su vez amamos (verticalmente) a Dios, se espera que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos como una consecuencia de ese amor. He enseñado antes cómo la palabra ‘justicia’ es la palabra hebrea ‘tzedakah’, traducida como ‘caridad’. Porque cuando somos justificados verticalmente con Dios, Él espera que dejemos que esa rectitud con Él fluya horizontalmente hacia nuestro prójimo. Así, los 2 mandamientos más grandes de los que pende toda la ley y los profetas son: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo.
El amor juzga a los demás
Jesús dijo que no juzgáramos el corazón de una persona en Mateo 7:1-2, y también dijo, unos versículos más adelante (15-20) que debemos juzgar el fruto de sus vidas. Y ahí es donde vamos a juzgar a los demás. Y ahí es donde lo retomaremos la próxima semana. Hasta entonces, bendiciones,
John Fenn
cwowi.org , envíeme un correo electrónico a [email protected] o [email protected]
JMS