Things the Father, Lord, or angels have said to me, 2/4
Cosas que el Padre, el Señor o los Angeles me han dicho, 2/4
Hola a todos,
Siguiendo con las cosas significativas que el Padre, el Señor o un ángel me hablaron y que me cambiaron...
La perspectiva de un ángel sobre la adoración
Formaba parte del personal de una megaiglesia y, debido a mi puesto, al pastor le gustaba que nos sentáramos en la segunda o tercera fila, detrás de él. Esto es importante porque en ese tiempo la iglesia se reunía en una cancha de baloncesto, con la cancha cubierta temporalmente con alfombra, y la congregación estaba en los asientos del estadio, mirando hacia el suelo. A la izquierda estaba el equipo de alabanza, en el centro el púlpito y a la derecha un espacio abierto que se usaría más tarde para el llamado al altar.
Durante la adoración, mis ojos se abrieron repentinamente al la esfera del Señor. Al igual que Eliseo y su siervo en 2 Reyes 6:15-17, quienes vieron tanto al ejército natural como al ejército angelical rodeándolos al mismo tiempo, también mis ojos se abrieron para ver ambas esferas a la vez. Esto es lo que me sucede con más frecuencia: veo ambas esferas al mismo tiempo.
Mientras el grupo de alabanza tocaba y cantaba a mi izquierda, en la pista, justo frente a mí, en ese espacio abierto, habían 50 o 60 ángeles bailando juntos, siguiendo la adoración del grupo de adoración (y de la congregación). Lo que me impactó fue su inocencia infantil. Parecían hombres jóvenes, de unos 30 años, pero con la inocencia y la dulzura de niños pequeños.
Seguro que has visto a niños y niñas pequeños jugando juntos y te has dado cuenta de que los niños y niñas no tienen ni idea de que son diferentes los unos de los otros. En la comprensión de los niños pequeños, la idea del género ni siquiera está en sus mentes; así eran estos ángeles, solo que parecían hombres de unos 30 años.
Miré al grupo de alabanza y era evidente que no tenían ni idea de lo que estaba pasando. Mi ángel (de la guarda) estaba de pie en los escalones de la primera fila, debajo de donde yo estaba. Lo miré y en ese momento se giró para mirarme. Le dije: "¡¿Ustedes bailan?!" Su respuesta cambió mi perspectiva para siempre:
"Lo que viene del cielo se disfruta en ambas esferas."
Unos 10 años antes, el Señor me permitió visitar el cielo. Al pasar junto a dos niños pequeños que jugaban, noté que los acompañaban 14 familiares, todos una generación o más mayores: bisabuelos, tías, tíos y abuelos de cada uno, hasta unas cuatro generaciones, pero sus padres no estaban allá. Le pregunté por sus padres que no estaban y me dijo que estos niños fallecieron en un accidente de carro y que sus padres aún están en la tierra.
Me dijo: "Cuando es posible, los niños son criados por familiares aquí en el cielo." Le pedí por el capítulo y el versículo, y me dijo: "¿No has leído Efesios 3:14-15, que dice: 'Por esta razón doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda la FAMILIA en los cielos y en la tierra.'? Solo hay UNA familia. No importa si estamos en el cielo o en la tierra, solo hay una familia."
Muchos han escrito libros, enseñanzas, canciones, poemas y más, inspirados desde el cielo, pero que quizá nunca sean vistos por otros en esta vida. Algunos confían en que el Señor les dijo que su obra será vista por muchos, pero no está sucediendo y se preguntan por qué. Si viene del cielo, en la era o eras venideras, otras personas verán, leerán, escucharán y cantarán estas cosas; tu don verá su propósito, pero tal vez no en esta era. Sin embargo, sigue siendo un don del cielo, ¡así que anímate!
Chris y su recompensa...
Nuestro hijo mayor, Chris, nació por cesárea de emergencia con el cordón umbilical enrollado alrededor de su cuello, lo que le provocó daño cerebral. Mientras escribo esto, él tiene 44 años, pero mentalmente tiene unos 4 años, con la inocencia de un niño. Estuvo en casa durante sus primeros 24 años, pero cuando sus hermanos pequeños se graduaron de la escuela secundaria y se fueron a continuar sus estudios, nos dimos cuenta rápidamente de cuánto nos habían ayudado, y que sus ausencias nos obligaron a darnos cuenta de que no podíamos cuidar de Chris y trabajar al mismo tiempo.
Tomamos la decisión más difícil de nuestras vidas: internarlo en un hogar comunitario. Después de mucho buscar, encontramos uno fundado por cristianos a unas dos horas de distancia. La noche que recibimos la llamada, Barb y yo lloramos muchísimo, sintiéndonos como las peores personas del mundo, hasta que finalmente se durmió. Yo permanecí despierto hablando con el Padre. "Padre, ponme su daño cerebral en mí", fue mi pensamiento, antes de contrarrestarlo con el pensamiento correcto de que Jesús ya lo había hecho. Entonces repetí la oración que Barb y yo habíamos hecho antes: "Si no vas a sanarlo, llévatelo al casa. Ambos hemos estado en el cielo y sabemos adónde va, así que preferiríamos extrañarlo incluso durante 50 años en la tierra si eso significa que se liberará de su cuerpo terrenal dañado."
De repente, Jesús apareció en la habitación.
No me saludó como de costumbre, simplemente empezó a hablar: "¿Quieres que Chris se pierda la plenitud de su recompensa si lo llevo a casa antes de tiempo, solo porque te sientes mal por tener que ponerlo en un hogar (comunitario)?" "No, Señor, lo siento, no había pensado en la recompensa de Chris. Quiero (queremos) que tenga la plenitud de su recompensa, pero con un par de condiciones: que no sufra abuso ni negligencia." Y con un simple gesto de afirmación de cabeza, dijo: "Listo" y desapareció.
Al momento de escribir esto, Chris lleva allí más de 22 años, y al principio fue muy duro. Pero ahora disfruta de su grupo comunitario durante la semana y de volver a casa los viernes cuando les dice al personal: "¡Papá viene el viernes!" Le encantan las cenas de los viernes por la noche que le prepara Barb y dormir hasta tarde los sábados por la mañana. Casi todas las mañanas se queda en la cama una hora más o menos y ve sus programas o películas favoritas que tenemos en DVD. Después lo llevo de vuelta los sábados por la tarde.
Un día, mientras él y yo íbamos en el carro a hacer recados, y su lista de reproducción en mi teléfono sonaba en el carro, suspiré por dentro al oír las mismas canciones infantiles durante unos 40 años seguidos. Llegó a los 4 años para quedarse en esa edad mentalmente, así que han pasado más de 40 años con canciones para esa edad. Me dije: "Padre, estoy harto de Donut Man, Veggie Tales y Barney. Anhelo una relación adulta con mi hijo." De repente, mientras conducía, mis ojos fueron abiertos y vi una pantalla como de un televisor en el aire delante del carro. Esta era la escena:
Estaba en el cielo, de pie junto a Chris, que estaba sentado hablando con mucha gente sentada en el suelo delante de él. Solo podía ver la parte superior de la cabeza y los hombros de Chris, ya que estaba de pie junto a su hombro izquierdo. Pero era de tamaño normal, no como ahora en su silla de ruedas. Yo mido más de 1,90 m. (6 pies y 6 inches) y él tendría mi tamaño si fuera normal, pero también tiene la estructura ósea robusta de la familia de Barb. Me impresionó de lo grande que él es en el cielo.
Pregunté: "Padre, ¿qué estoy viendo?"
"Estás viendo a Chris en el cielo." "¿Qué está haciendo?" "Les está contando cómo era estar atrapado en un cuerpo defectuoso e imperfecto, les cuenta sobre su vida, lo que pensaba y lo que aprendió en varias etapas de su vida." Y luego desapareció. Fue la gracia del Padre para animarnos a Barb y a mí a no cansarnos de hacer el bien, porque esta vida no lo es todo.
Algún día, Chris estará sano. Él ama al Señor y está muy contento esperando el cielo para estar sano, lo cual es frustrante para nosotros, sus padres, pero ahí es donde él está en su fe. Somos una familia en el cielo y en la tierra. Lo que viene del cielo se disfruta en ambas esferas.
Incluyo esto para animar a cualquier persona y a todos, ya sea que hayan perdido a un ser querido que se fue al cielo, o que cuiden a un niño especial, a alguien que antes era normal pero que ahora está en declive o ha sufrido una lesión. Esto vida no lo es todo. Hay un futuro celestial, porque en el panorama general, esta vida es una pequeña parte de nuestra vida eterna y de las eras venideras. Aprendan lo que puedan, desarrollen un carácter cristiano y caminen con Dios. Sepan lo que puedan, pero por ahora conténtense con las cosas "secretas que pertenecen a Dios". (Deuteronomio 29:29)
Más cosas que me han dicho para la próxima semana. Hasta entonces, bendiciones.
John Fenn
cwowi.org y me pueden enviar un correo electrónico a [email protected] o [email protected]
Cosas que el Padre, el Señor o los Angeles me han dicho, 2/4
Hola a todos,
Siguiendo con las cosas significativas que el Padre, el Señor o un ángel me hablaron y que me cambiaron...
La perspectiva de un ángel sobre la adoración
Formaba parte del personal de una megaiglesia y, debido a mi puesto, al pastor le gustaba que nos sentáramos en la segunda o tercera fila, detrás de él. Esto es importante porque en ese tiempo la iglesia se reunía en una cancha de baloncesto, con la cancha cubierta temporalmente con alfombra, y la congregación estaba en los asientos del estadio, mirando hacia el suelo. A la izquierda estaba el equipo de alabanza, en el centro el púlpito y a la derecha un espacio abierto que se usaría más tarde para el llamado al altar.
Durante la adoración, mis ojos se abrieron repentinamente al la esfera del Señor. Al igual que Eliseo y su siervo en 2 Reyes 6:15-17, quienes vieron tanto al ejército natural como al ejército angelical rodeándolos al mismo tiempo, también mis ojos se abrieron para ver ambas esferas a la vez. Esto es lo que me sucede con más frecuencia: veo ambas esferas al mismo tiempo.
Mientras el grupo de alabanza tocaba y cantaba a mi izquierda, en la pista, justo frente a mí, en ese espacio abierto, habían 50 o 60 ángeles bailando juntos, siguiendo la adoración del grupo de adoración (y de la congregación). Lo que me impactó fue su inocencia infantil. Parecían hombres jóvenes, de unos 30 años, pero con la inocencia y la dulzura de niños pequeños.
Seguro que has visto a niños y niñas pequeños jugando juntos y te has dado cuenta de que los niños y niñas no tienen ni idea de que son diferentes los unos de los otros. En la comprensión de los niños pequeños, la idea del género ni siquiera está en sus mentes; así eran estos ángeles, solo que parecían hombres de unos 30 años.
Miré al grupo de alabanza y era evidente que no tenían ni idea de lo que estaba pasando. Mi ángel (de la guarda) estaba de pie en los escalones de la primera fila, debajo de donde yo estaba. Lo miré y en ese momento se giró para mirarme. Le dije: "¡¿Ustedes bailan?!" Su respuesta cambió mi perspectiva para siempre:
"Lo que viene del cielo se disfruta en ambas esferas."
Unos 10 años antes, el Señor me permitió visitar el cielo. Al pasar junto a dos niños pequeños que jugaban, noté que los acompañaban 14 familiares, todos una generación o más mayores: bisabuelos, tías, tíos y abuelos de cada uno, hasta unas cuatro generaciones, pero sus padres no estaban allá. Le pregunté por sus padres que no estaban y me dijo que estos niños fallecieron en un accidente de carro y que sus padres aún están en la tierra.
Me dijo: "Cuando es posible, los niños son criados por familiares aquí en el cielo." Le pedí por el capítulo y el versículo, y me dijo: "¿No has leído Efesios 3:14-15, que dice: 'Por esta razón doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda la FAMILIA en los cielos y en la tierra.'? Solo hay UNA familia. No importa si estamos en el cielo o en la tierra, solo hay una familia."
Muchos han escrito libros, enseñanzas, canciones, poemas y más, inspirados desde el cielo, pero que quizá nunca sean vistos por otros en esta vida. Algunos confían en que el Señor les dijo que su obra será vista por muchos, pero no está sucediendo y se preguntan por qué. Si viene del cielo, en la era o eras venideras, otras personas verán, leerán, escucharán y cantarán estas cosas; tu don verá su propósito, pero tal vez no en esta era. Sin embargo, sigue siendo un don del cielo, ¡así que anímate!
Chris y su recompensa...
Nuestro hijo mayor, Chris, nació por cesárea de emergencia con el cordón umbilical enrollado alrededor de su cuello, lo que le provocó daño cerebral. Mientras escribo esto, él tiene 44 años, pero mentalmente tiene unos 4 años, con la inocencia de un niño. Estuvo en casa durante sus primeros 24 años, pero cuando sus hermanos pequeños se graduaron de la escuela secundaria y se fueron a continuar sus estudios, nos dimos cuenta rápidamente de cuánto nos habían ayudado, y que sus ausencias nos obligaron a darnos cuenta de que no podíamos cuidar de Chris y trabajar al mismo tiempo.
Tomamos la decisión más difícil de nuestras vidas: internarlo en un hogar comunitario. Después de mucho buscar, encontramos uno fundado por cristianos a unas dos horas de distancia. La noche que recibimos la llamada, Barb y yo lloramos muchísimo, sintiéndonos como las peores personas del mundo, hasta que finalmente se durmió. Yo permanecí despierto hablando con el Padre. "Padre, ponme su daño cerebral en mí", fue mi pensamiento, antes de contrarrestarlo con el pensamiento correcto de que Jesús ya lo había hecho. Entonces repetí la oración que Barb y yo habíamos hecho antes: "Si no vas a sanarlo, llévatelo al casa. Ambos hemos estado en el cielo y sabemos adónde va, así que preferiríamos extrañarlo incluso durante 50 años en la tierra si eso significa que se liberará de su cuerpo terrenal dañado."
De repente, Jesús apareció en la habitación.
No me saludó como de costumbre, simplemente empezó a hablar: "¿Quieres que Chris se pierda la plenitud de su recompensa si lo llevo a casa antes de tiempo, solo porque te sientes mal por tener que ponerlo en un hogar (comunitario)?" "No, Señor, lo siento, no había pensado en la recompensa de Chris. Quiero (queremos) que tenga la plenitud de su recompensa, pero con un par de condiciones: que no sufra abuso ni negligencia." Y con un simple gesto de afirmación de cabeza, dijo: "Listo" y desapareció.
Al momento de escribir esto, Chris lleva allí más de 22 años, y al principio fue muy duro. Pero ahora disfruta de su grupo comunitario durante la semana y de volver a casa los viernes cuando les dice al personal: "¡Papá viene el viernes!" Le encantan las cenas de los viernes por la noche que le prepara Barb y dormir hasta tarde los sábados por la mañana. Casi todas las mañanas se queda en la cama una hora más o menos y ve sus programas o películas favoritas que tenemos en DVD. Después lo llevo de vuelta los sábados por la tarde.
Un día, mientras él y yo íbamos en el carro a hacer recados, y su lista de reproducción en mi teléfono sonaba en el carro, suspiré por dentro al oír las mismas canciones infantiles durante unos 40 años seguidos. Llegó a los 4 años para quedarse en esa edad mentalmente, así que han pasado más de 40 años con canciones para esa edad. Me dije: "Padre, estoy harto de Donut Man, Veggie Tales y Barney. Anhelo una relación adulta con mi hijo." De repente, mientras conducía, mis ojos fueron abiertos y vi una pantalla como de un televisor en el aire delante del carro. Esta era la escena:
Estaba en el cielo, de pie junto a Chris, que estaba sentado hablando con mucha gente sentada en el suelo delante de él. Solo podía ver la parte superior de la cabeza y los hombros de Chris, ya que estaba de pie junto a su hombro izquierdo. Pero era de tamaño normal, no como ahora en su silla de ruedas. Yo mido más de 1,90 m. (6 pies y 6 inches) y él tendría mi tamaño si fuera normal, pero también tiene la estructura ósea robusta de la familia de Barb. Me impresionó de lo grande que él es en el cielo.
Pregunté: "Padre, ¿qué estoy viendo?"
"Estás viendo a Chris en el cielo." "¿Qué está haciendo?" "Les está contando cómo era estar atrapado en un cuerpo defectuoso e imperfecto, les cuenta sobre su vida, lo que pensaba y lo que aprendió en varias etapas de su vida." Y luego desapareció. Fue la gracia del Padre para animarnos a Barb y a mí a no cansarnos de hacer el bien, porque esta vida no lo es todo.
Algún día, Chris estará sano. Él ama al Señor y está muy contento esperando el cielo para estar sano, lo cual es frustrante para nosotros, sus padres, pero ahí es donde él está en su fe. Somos una familia en el cielo y en la tierra. Lo que viene del cielo se disfruta en ambas esferas.
Incluyo esto para animar a cualquier persona y a todos, ya sea que hayan perdido a un ser querido que se fue al cielo, o que cuiden a un niño especial, a alguien que antes era normal pero que ahora está en declive o ha sufrido una lesión. Esto vida no lo es todo. Hay un futuro celestial, porque en el panorama general, esta vida es una pequeña parte de nuestra vida eterna y de las eras venideras. Aprendan lo que puedan, desarrollen un carácter cristiano y caminen con Dios. Sepan lo que puedan, pero por ahora conténtense con las cosas "secretas que pertenecen a Dios". (Deuteronomio 29:29)
Más cosas que me han dicho para la próxima semana. Hasta entonces, bendiciones.
John Fenn
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